Dirección. Mayra Morales
Colaboración Artística y Performance. Miguel Ángel Guzmán y Lourdes Roth
Instalación. Marcelino Barsi
Video. Andrea Coyotzi
Música Original. Diego Martínez Lanz
Iluminación. Elba Emicente
“Llega un momento en el que no vale más la pena seguir haciendo lo que se ha venido haciendo” m:m
Proyecto auspiciado por el programa CONACULTA en los Estados: Producción Artística.
Apoyado por la Secretaría de Cultura del Estado de Puebla y como proyecto de investigación de la Universidad de las Américas-Puebla.
EULALIO es una obra de Danza-Teatro en colaboración con Producción de Instalación, Video y Música Original de manufactura poblana que investiga algunos lados de la gama multiédrica que componen la identidad mexicana contemporánea.
Una propuesta de corte experimental que investiga y cuestiona en principio los mismos mecanismos desde los que se crean: la discountinuidad, lo inevitable del fracaso y la imposibilidad de lo total.
EULALIO : MANUAL EXPLICATIVO DE LA OBRA
La obra presenta una colaboración de trabajo coreográfico dentro de la danza-teatro, instalación visual, video y música eléctrica-acústica.
Investiga la cualidad del no espacio a través de la creación de un espacio dentro del espacio dentro. La instalación está basada en la idea del interior de una caja de cartón sin color y por eso es en su totalidad blanca, por otro lado, se utiliza el plástico como crítica dinámica entre la simplicidad de la infancia y la complejidad de los deseos del hombre contemporáneo.
La caja de cartón sirve como metáfora del mundo interno (por no decir mental), del espacio privado en el que las personas son aquello que no pueden ser en el espacio de la química pública. Proponiendo de este modo que la identidad no es sólo aquello que se muestra, sino también aquello que compone a las personas en el campo de lo invisible: el pensamiento.
La obra también está basada en el concepto de paisajes corporales y de ciudad, todo está basado en imágenes y percepciones de Puebla y el Municipio de San Andrés Cholula en relación a una perspectiva global.
La “coreografía” está compuesta de un número infinito y acumulable de escenas a manera de tableaux. Estas escenas pueden ir en cualquier orden, pueden inventarse en escena misma en base a un marco de improvisación o incluso, el público al final de cada función contribuye con una escena, de este modo, se convierte en una obra interactiva y didáctica.
Durante la obra se maneja el estado de Performance y el estado no Performance, cuestionando así la idea de identidad como algo fijo. Trabaja también de este modo, con tres bailarines profesionales y dos performers que nada tienen que ver con la danza, esto con la finalidad de explorar, cuestionar y proponer nuevas identidades del intérprete de la danza contemporánea.
En el transcurso de la obra, la directora de la misma se dirige al público para explicarles lo que se está haciendo, esto un poco con la idea de romper con el paradigma de la adivinanza del espectador. Así mismo, cada una de las escenas tiene un límite de tiempo, pero también el público puede intervenir para parar alguna otra escena o en caso de que quiera ver más una escena.
Al explorar el tema de la identidad cultural, hemos relacionado la búsqueda infantil en sus juegos de prácticas de roles, prácticas de aquello de lo que será, que a la vez se impregnan en la vida de los adultos en sus construcciones del diario de quiénes son.
El tópico de la identidad cultural y tradiciones nos hizo percatarnos de que no existe tal cosa, sino más bien una idea de esos conceptos, una idea más basada en construcciones e ilusiones, ya que incluso, todo aquello que históricamente ha sucedido en la formación de cada persona, se borra con los imperfectos de la memoria.
Al final, la obra no es más que una crítica y una oda a estas construcciones identitarias que finalmente forman el mundo de los humanos, de los objetos y de sus arquitecturas, que paradójicamente lo llevan a su destrucción pero que sin embargo, a su vez, definen sus transcursos de vida e imaginación.